Sewell nació sin tibias en ambas piernas y su madre tuvo que tomar la decisión de amputarlas o ver vivir a su hijo en una silla de ruedas. La decisión para esta madre soltera no fue fácil, y, aunque le aterraba la idea, decidió amputar. Más tarde, se vio obligada a dejar su trabajo y solicitar la prestación por desempleo y así poder costear las prótesis que darían a su hijo una vida mejor.

Con 27 años, la organización del Campeonato Mundial ‘Ironman’ se puso en contacto con él para ofrecerle participar en la edición de 2019, que se celebraría en Kona, como siempre, desde 1978. En aquel momento la oferta le supo a reto y dudó si aceptarlo o no por lo que significaría para él y la fundación que siempre ha creído en él no terminar la prueba. Sin embargo, lo hizo y el resultado no podía ser más satisfactorio. Sewell se convirtió en ‘Ironman’.

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